¿Eres un líder empresarial? ¿Quieres marcar la diferencia en tu empresa convirtiéndote en el motor que impulse el éxito de tu negocio? Contar con las habilidades empresariales adecuadas es imprescindible para poder tener éxito en cualquier organización. Si bien algunas personas pueden estar dotadas con mayores competencias, los profesionales que aspiren a convertirse en líderes pueden adquirir estas habilidades a través de la formación.
En este post te mostraremos qué habilidades debe desarrollar un líder para alcanzar el éxito en la dirección y gestión empresarial.
8 Habilidades imprescindibles que un líder empresarial debe desarrollar
El liderazgo empresarial es una de las competencias que menos atención se presta, pero que más importante resulta para poder acceder a puestos directivos. Te mostramos algunas de las habilidades que debes aprender si deseas desarrollar y potenciar tu liderazgo.
Claridad de ideas
El líder empresarial es aquel profesional que sabe a dónde tiene que ir su empresa y cuál es el modo de hacerlo. Ha trazado en su mente un camino sobre lo que él debe hacer y cómo debe actuar cada persona a su alrededor. Aunque es flexible y está abierto al cambio, el líder tiene una mentalidad resolutiva, que permite a la empresa seguir adelante y marcar objetivos.
Si un líder no tiene claridad de ideas, improvisará diferentes estrategias y actuará de forma inconsistente y dubitativa, lo que generará desconfianza en su equipo.
Empatía
Un buen líder no tiene una actitud autoritaria. Muchas veces se confunde la imagen del líder empresarial con la de una persona que impone sus criterios y no escucha a los profesionales que tiene a su alrededor. Sin embargo, el liderazgo se refleja en la capacidad de empatía que se muestra con las personas de su alrededor.
Los profesionales que han desarrollado una alta capacidad de liderazgo son comprensivos y entienden los puntos de vista de sus compañeros. Aunque eso no quiere decir que se dejen llevar por sus opiniones, el líder debe aprender a ponerse en lugar del otro, de manera que pueda lograr que sus objetivos y los objetivos de la empresa confluyan en una misma línea de acción.
Racionalidad
El liderazgo empresarial no es impulsivo, ni está basado en la reactividad, sino en la lógica. Aunque un líder puede tener su propia intuición, sus decisiones estarán basadas en el análisis y el razonamiento.
Un buen líder valora diferentes alternativas, trata de entender los orígenes de los problemas y mantiene una actitud neutral y serena ante las circunstancias para actuar de forma razonada, inteligente y fundamentada.
Creatividad
La creatividad es otra de las habilidades que no debe dejar de lado el profesional que aspire a convertirse en un líder empresarial. Muchas veces los directivos y emprendedores deben enfrentarse a problemas complejos, cuestiones que otras empresas a su alrededor no están sabiendo resolver.
Cuando se aprende a dotar de un enfoque creativo a nuestras decisiones, las empresas pueden innovar y entender mejor las necesidades de los clientes. Los líderes pueden desarrollar estrategias disruptivas que marquen la diferencia en el mercado gracias a que han propuesto una solución original y mejor.
Eficacia comunicativa
Un líder no puede serlo si no consigue que su equipo le siga. Y para conseguir este objetivo, debe ser un experto en comunicación. Tanto en comunicación pública como en la comunicación interpersonal. La capacidad de comunicación implica no sólo saber expresar eficazmente sus ideas, sino conectar de un modo eficaz con las personas que están a su alrededor y lograr motivarlas con sus proyectos y decisiones.
El liderazgo empresarial va acompañado de la eficacia comunicativa. Aunque no todo liderazgo en la empresa ha de ser carismático, existen técnicas que pueden ayudar a lograr los objetivos que se ha planteado desde el inicio.
Enfoque a objetivos
El liderazgo empresarial implica tener un enfoque orientado a objetivos. Los líderes no dejan que los obstáculos se conviertan en un impedimento para poder desarrollar las acciones que tienen en mente. Su actitud y capacidad de poner el foco en lo importante permite que puedan llevar a buen término los planes que se han propuesto. Para ello, es recomendable apoyarse en diferentes herramientas como el cuadro de mando para controlar el logro de los objetivos organizacionales y de las otras áreas de gestión.
Es fundamental centrarse en los objetivos y, en la medida de lo posible, aplicar diversas técnicas para gestionar el tiempo de forma óptima. Aquí es donde se ve la diferencia entre un gerente o director general y un líder empresarial, que tiene claro hacia dónde debe dirigirse la organización y actúa en consecuencia tomando en cuenta los recursos y tiempo disponible.
Sentido de pertenencia
Uno de los aspectos que debe trabajar un líder es el sentido de pertenencia a una organización. No sólo debe sentirse parte de un proyecto en específico, sino que además debe saber transmitir la misma pasión al resto de su equipo. Los líderes son muchas veces los que hacen posible que una empresa pueda generar compromiso, fidelidad y confianza entre sus empleados, proveedores, clientes e inversores.
Responsabilidad
El líder empresarial es el primero que debe dar ejemplo de responsabilidad al resto de la organización. Su capacidad de trabajo debe servir como referencia para que otros profesionales de su equipo le imiten y puedan desarrollar su mismo enfoque y espíritu de organización.
La responsabilidad del líder empresarial implica la adaptación a distintos tipos de situaciones. Una empresa puede vivir momentos de crisis y, sin embargo, el liderazgo empresarial no se vea afectado. Un buen líder puede ayudar a una organización a superar una mala situación económica o financiera, generando confianza en su entorno, resolviendo los problemas, creando una estrategia ganadora y transmitiendo optimismo y confianza en los socios e inversores.
Conclusión
Como se ha tratado de ilustrar, adquirir las habilidades de un líder empresarial no es una tarea que se logre de la noche a la mañana. Es un trabajo constante y de largo aliento. Por ello, al margen de los contactos y la experiencia profesional, la formación es un factor clave para desarrollar una mentalidad estratégica y visionaria, potenciar competencias y aptitudes para forjar el perfil de un verdadero líder y agente de cambio en el entorno empresarial. Se trata de un aprendizaje transversal que forma parte del programa académico del MBA Valladolid que se imparte en la Escuela de Negocios de la Cámara de dicha ciudad capital.